Llegamos a la capital de Austria donde nos reciben en el IES Astaroth del proyecto Comenius. Por la mañana nos abrigamos bien ya que hacen 5 grados de temperatura, cielos nublados y 54km/h de viento procedente del norte y vamos al centro de Viena. Allí visitamos la famosa ópera de Viena, Staatsoper, por solo 3.50 euros disfrutamos de una visita guiada en inglés por el museo de la ópera y terminamos la tarde tomándonos un chocolate caliente en Stadtpark. Es el parque más antiguo de la ciudad, está dotado de un estilo inglés y posee una extensión de 65.000 metros cuadrados a lo largo de los cuales florece una amplia variedad de especies vegetales. El río Wien divide el parque en dos, tiene un caudal pequeño e irregular y es un afluente del Danubio que atraviesa la ciudad. En el parque se encuentran monumentos de grandes artistas pero la más importante es la de Johann Strauss.
En este parque ese encuentra la vegetación propia del clima continental que es el que predomina en esta región. Los árboles típicos de hoja perenne son los pinos y otras coníferas y de hoja caduca están algunos como el abedul, el roble y el nogal.
Por la tarde decidimos ir a la Torre del Danubio situada en el parque del Danubio, en la orilla norte del río. Es una estructura de 252 metros de altura desde la que se puede contemplar gran parte de la ciudad de Viena, aunque no son las mejores vistas porque está un poco apartada del centro de la ciudad, desde ahí se puede admirar todo el recorrido del río y a parte cenamos en el restaurante giratorio que hay arriba del todo. Nos recomendaron comida típica de Viena como el famoso Wiener Schnitzel que es escalope de ternera empanado, normalmente acompañado de una ensalada tibia de patatas. cenamos muy bien, muy relajadas y calentitas ya que estuvimos todo el día haciendo turismo a unas temperaturas bastante bajas y cielos cubiertos con amenaza de lluvia.
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